sábado, 13 de junio de 2009

Que cambiaron las cosas de ayer a hoy, lo sé.
Que nada de lo que era es, que nada de lo que pensaba ser lo fue.
Que el hombre propone y Dios dispone.
Y que muchas veces el hombre por ser cómodo y necio
no sabe aprovechar lo que tiene a su leve alcance.
Que en la vida de todo se aprende...
desde atarse los cordones hasta saber perdonar.
Que ni las cosas malas ni las cosas buenas se olvidan,
nada verdaderamente importante se olvida.
Persistir por ser importante en la vida del otro vale la pena.
Obtener su esencia y que también obtenga la mía, simplemente necesitarnos…

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